25 ene 2008

Saberte

No quedaron ni los registros ni los nombres de la hazaña. Los sobrevivientes ignoramos lo pasado. Solo la borrosa inseguridad se mezcla con la memoria.
Un breve murmullo se actualiza por la vecindad alucinada de otros relatos.
Todo esfuerzo para capturar lo perdido borra las huellas que intentó preservar el recuerdo.
Ahora mismo la evocación del episodio me aleja de la trama amarillenta y veraz...
En la augusta disciplina de la memoria, el universo dicta sentencia: Estás Proscripta.
El tiempo multiplica la ignorancia del hecho, y la narración le permite fugar.
Nada hace que estés aquí, ahora; y sin embargo estás.
Es imposible que recuerde una lluvia de agosto de hace, supongamos, 27 años. Es imposible que mantenga en el recuerdo una ola que me derribó en Mar del Plata el año en que fui de vacaciones con mi padre, o el nombre tantas veces repetido de un río del África. El mundo está lleno de imposibles cotidianos, sencillos y sin embargo, recuerdo la mano tuya recorriendo mi espalda. Olvidé mi espalda y las heridas que me provocaste, las palabras pronunciadas, tu boca, mi voz de niño. Olvidé al mundo, pero saberte me persigue...

0 comentarios: