24 ene 2008

Misceláneas 5 (cuatro solas)

1- La fantasía dice que alguien puede vender su alma al diablo. Si uno lo reconocer en público, los creyentes ponen el grito en el cielo, diciendo: "¿Cómo vender el alma?" Acaso -digo yo- ¿la santidad no es un comercio?
Ojo, no quise decir la Fe en lugar de la santidad, para que no me tomen por un escéptico

2- En el punto anterior dije que existe esa fantasía, pues la venta del alma al diablo no es un trato viable, en cuanto uno siente que su alma es un bien intercambiable por bienes terrenales, automáticamente se desvaloriza y el diablo sabe que sólo debe esperar y la obtendrá gratis.
Ojo, como botellero el diablo se las sabe todas.

3- Es notorio cómo la creencia más primitiva y mágica, se disfraza de racional. Es curioso que a las doce de la noche del 31 de diciembre mucha gente sienta alivio por dejar atrás un año complicado, de alguna manera asociando la desdicha al sistema métrico que traduce la traslación de la Tierra en años, como si la complejidad de vínculos, relaciones y salud supiera de calendarios.
Ojo, los antiguos vivían con una desilusión menos.

4- Cuando yo era chico e iba a la escuela, la maestra no dudaba en llamar a mi mamá para decirle que yo tenía mucha capacidad pero que era muy vago y que tenía que tenerme más cortito, mi vieja desde luego, me suprimía algunas salidas.
Ya de grande, con hijos en la escuela, la maestra me citaba para decirme que mi hijo tenía mucha capacidad pero era vago, que observara si le estaba prestando la atención necesaria y que accediera a esos llamados de alerta.
Es decir, siempre fui yo el culpable. ¿cuando cambiaron la pelota? Pero esto no termina acá. Ahora pareciera que los responsables de la debacle del conocimiento son los docentes y yo no tengo hijos en edad escolar.
Ojo ¿no tienen a otro para verduguear?

0 comentarios: