Tu vuelo es un naufragio que atraviesa puertas ocultas en el aire.
No alcancé a decirte la otra noche, mientras escapabas por la ventana, que no hay cerraduras en el viento, que vueles por donde vueles nadie escapa en el cielo.
Sé, aunque digas lo contrario que te seguiré viendo, pero no alzo la mirada para que no contravenir tu ilusión y permitir que sea cierta.
Aprenderé a nombrarte en silencio y acallar los murmullos que inauguraste. A extrañarte de 23 a 2 de la mañana, que es la hora en que mi esperanza niega el insomnio.
Los lunes mis palabras frecuentan la soledad de la semana, preparándome a que te fugues con mi deseo de fugar.
Quedan: arrugados pisos, empapada luna, y la noche oscura, llamándote.
22 ene 2008
Alas
Perderte no es tan doloroso como no haberte aliviado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario