Ella junta mitos para podarlos y a veces, durante el amanecer, me deja los recortes bajo la almohada. Yo le miro las piernas ¡nada me sale tan bien! y con alguna malicia me destapa su nombre hasta que sienta el placer por volver a tenerlo en mí y yo lo pida y lo estire por sobre mí como una necesidad de piel.
Ella sabe en qué oración va a brotar la yema de una letra y demora el relato para que la deje nacer. No quiere que interfiera. Se le bajan los hombros al magenta de su voz cuando se le espesa la consciencia y busca más neblina para demoler en seco mis tardes.
Yo le daría el bolsillo de mi pantalón gris, que es el que desovilla caprichos, o la perfumaría malva abajo hasta llegar a su imagen más escondida, pero no sé hacerlo, y cuando lo intento -ella se entrega a ese ejercicio- comprendo que lo mejor sigue siendo mirarle las piernas porque son un mareo visual, una estrategia del infierno para que desborden historias y ella tenga material para seguir podando.
Un día dejaremos de darle cuerda al no, para mirar en la profundidad de un pocillo, la pira del deseo que nos advierte de la muerte.
Ella sabe en qué oración va a brotar la yema de una letra y demora el relato para que la deje nacer. No quiere que interfiera. Se le bajan los hombros al magenta de su voz cuando se le espesa la consciencia y busca más neblina para demoler en seco mis tardes.
Yo le daría el bolsillo de mi pantalón gris, que es el que desovilla caprichos, o la perfumaría malva abajo hasta llegar a su imagen más escondida, pero no sé hacerlo, y cuando lo intento -ella se entrega a ese ejercicio- comprendo que lo mejor sigue siendo mirarle las piernas porque son un mareo visual, una estrategia del infierno para que desborden historias y ella tenga material para seguir podando.
Un día dejaremos de darle cuerda al no, para mirar en la profundidad de un pocillo, la pira del deseo que nos advierte de la muerte.
7 comentarios:
Si bien prefiero por estas horas las piernas de D`alessandro no dejo de reconocer que le eché una miradita a las suyas.
Pd: No sea tan duro con ella, no se olvide que querer es podar!
Ay, esta "ella" lo tiene a mal traer. Lo único que falta es que no lo deje dormir ni comer.
Pero de todos modos, pregúntele por las dudas si vive en un ph al fondo porque a mí me parece que en el fondo... es buena.
(avísele si le mira las piernas... capaz que la podadora la usa sólo para los mitos)
Con cariño M. (MeGustóElColorDeSuVoz)
estas palabras están encendidas y hacen eclosión por sí solas, al rekrear la magia en las imágenes ke nos regalás.
los fríos y las nieves autocreadas se desvanecen frente a su poder.
alucinante!
Livio:
Aunque lo entiendo, no comparto sus criterios a la hora de mirar piernas.
Morgana:
¿A mal traer? Capaz.
Mire si sólo es buena en el fondo, exige un andar previo que puede fatigar.
Ygriega:
Los fríos y las nieves son aspectos de la magia. Lo sabemos al alucinar Montreal mediante tus relatos.
Zurciendo banderas de la paz
para la barramansa de la desesperanza,
con agujas de plástico,
hilos de mis vestidos de niña
y sin dedal.
Flamearán retazos de resignación
Entre sus cantos de silencio,
Enalteciendo una apacible renuncia,
Que no es apología
De la entrega cobarde.
Derrotada,
Estampo huellas de palomas;
Triunfante,
Me regocijo en la desdichada aceptación
De ser, en parte,
la modista de mi desdicha.
Busco más lienzos de linos marchitos,
Busco pisadas viejas, de hace un año,
Uso mis manos para darle la mano
Al porvenir que jamás vendrá.
Despliegan mis insignias,
Sin mástiles pero igualmente apresadas.
Y hasta aquí llego.
Me la he pasado también intentando zurcir tardes demolidas. Demolidas de tanto descocerse entre imágenes y palabras que nos quedan rondando a puro capricho, sensuales caprichos, de quien, más sabiéndolo que no, las deposita.
Aunque todos sabemos que jamás llegaremos a enmendar la falta (que nos advierte de la muerte).
Alicia:
No todo retazo que viva en el recuerdo es una hebra apta para una nueva trama. Algunas recuerdos sirven para demostrar que el pasado no ha sido en vano, pero no sirven para diseñar el futuro.
Sí, pero si no fuera por esa falta, no conoceríamos las artes ni el amor (de existir, desde luego).
Como bien ha dicho Alejandro.
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