Los delincuentes saben esconder su pasado.
Me diferencio de ellos en que no uso buzo con capucha, en que no temen ser perseguidos a
Quienes me ven adivinan el fracaso. Saben de las tormentas, de ese jamás llegar a Itaca y del rancio destino que oxida mis pasos cuando voy a la frutería (caminando como si no supiera que ya todo es fatal) mientras heroicamente pido
No corresponde ahorcarme con la luz desvanecida de una tarde, ni envidiar desde la ventana a los autos que tienen por delante un espacio al que llegar.
No quiero búsquedas, y sin embargo mis traidores pasos le dan cuerda al coraje de mi corazón, como una anfetamina mecanicardíaca. En esto no me diferencio de los delincuentes: amaneceré muerto de una mirada, agonizante por un capricho o simplemente por un mal entendido. Con papel de diarios cubrirán mi espanto y un charco de dolor irá a perderse al borde la vereda y de ahí al océano. Los delincuentes son más severos y mueren ahí donde caen, en eso me diferencio.
19 feb 2008
Los Delincuentes
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