30 may 2008

Mascotango del Tanghombre

Cuando no aguantó más metió el recuerdo de ella en una pecera, y la colocó sobre el aparador. No era el lugar más conveniente, pero cerca del balcón entraría el conocido chiflete del invierno. Tomaba mate a eso de las siete de la tarde, y de paso se sacaba cascaritas del corazón para alimentar al recuerdo. Él ya no tenía el corazón completo y había partes que no necesitaba, después se quedaba mirando los lentos y circulares movimientos del recuerdo. A veces le parecía que había crecido, otras veces no. Verlo todos los días no le permitía verificar el tamaño.

A estas alturas todos sabemos que los recuerdos no pueden ser acariciados, no se pueden establecer charlas salvo aquellas en donde uno contesta por el otro, pero él mantenía una comunicación rara. Daba la impresión de que el recuerdo se acercaba a la mano puesta afuera de la pecera, y que desplegaba reflejos adornando el comedor. Un día –limpiando- cometió una torpeza. Un libro cayó sobre el recipiente y éste rompió contra el piso. Lo tomó con su mano derecha (tal vez fuera la oportunidad para perderlo para siempre) y lo colocó en la jaula del canario. A partir de ese día cambió el lugar en donde tomar mate.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

O capaz que lo saca cantor.

off topic: hace largos y tramautizantes días en los que no puedo entrar a tu blog porque haloscán está tarado.
Ahora se desbloqueó. Lo mismo te perdiste mis ¡albricias y aleluyas! por el post de abajo que lo tuve que leer en bloglines y no es lo mesmo.
Lo digo acá porque me da miedo que allá no ande. Por las dudas

Anónimo dijo...

Yo creo que a los recuerdos se los acaricia con los dedos del alma, desde lejos (porque el presente es un lugar lejano).

Asterion dijo...

Luc:
Para vos, ¡lo pedís, lo tenés! Le saqué el haloscan para probar. Los bloggers de fibertel se me quejaban y a veces yo tampoco podía entrar.

El Titán:
Capaz

Anónimo dijo...

Sí, estoy seguro...

Anónimo dijo...

Cuarto intento:
Espera un armonioso día en casa y en el trabajo, Aste. Las reuniones y los proyectos en la oficina marchan sin complicaciones, y en casa tu familia te apoya y te quiere. ¿Qué más puede un hombre pedir? Parece que todos tus esfuerzos recientes para establecer orden y armonía están dando sus frutos. ¡Disfruta la recompensa de tu trabajo!

morgana dijo...

Hay algo que no comprendo.
He tenido recuerdos que he podido guardar en la pecera. Pero cuando por razones concientes o inconcientes, la pecera se rompió... el recuerdo murió de ahogo en el piso! Y no quedó otra que tirarlo x el inodoro.
Qué clase de recuerdo tiene ud. que lo puede tener en una jaula?
Y si la jaula se le rompe... lo va a guardar en el freezer?
Recuerdos anfibios, capaz.
Saludos, M (MeGustanLosRecuerdosperoMáslosRelocos)

Asterion dijo...

¿En serio sus recuerdos se ahogan? Vaya virtud.
En realidad lo tengo en la jaula para no tener que llevarlo al frezzer. Una caja de zapatos también sirve y hasta hay algunos que entran en las latitas de pastillas. Los relocos dejan muchos recuerdos (no todos felices)