19 dic 2008

El gato y el perro

Niezstche decía que si en medio del bosque, en plena tormenta, un rayo cae y derriba a un árbol, éste árbol se parte sin hacer ruido, salvo que allí se encuentre un hombre que pueda escucharlo.
Este planteo va más alla de la discusión sobre si algo existe sin nosotros. Discusión de la que Nietzsche sabía más que cualquiera.
Yo quisiera detenerme en las cosas que ocurren en el mundo oculto independiente a nuestro conocer.

Este planteo guarda relación con lo que escribi dos post más abajo y básicamente al tema de por qué el corazón guarda y construye cosas en la oscuridad, en su oscuridad. Digo, ¿para qué sirve una construcción de sentimientos que nos permite morir de amor por quien no nos contempla, no nos extraña y para quién de última, somos indistintos? o tal vez ¿por qué alguien siente cosas por nosotros cuando a nosotros no nos interesa esa persona?

Desconozco la funcionalidad del hecho y no viene al caso refutar las distintas y posibles causas, lo que sí podemos afirmar es que ocurre, pero el corpus completo de esta situación se presenta cuando vemos que al otro le ocurrió, de manera tan extraña y simple como nos pudo ocurrir a nosotros.
Es posible que sea yo quien ignore y hasta me aleje de la otra persona creyendo que soy indiferente para ella, y hasta es probable que haya dado muestras de eso, pero a veces, el corazón acumula desechos de la praxis racional. Es decir, se nutre de sensaciones y placeres que nuestra memoria no ejercitó.

En el caso de DF yo me creí olvidado, en el caso de GM estaba seguro de ser extrañado ¿qué motivó a mi pensamiento creer eso sin leer correctamente los signos? Tal vez el deseo de que me extrañe quien yo extraño, y no pensar en quien no piensa en mí, tal vez el remordimiento, lo cierto es que eso operó en la mente. Al igual que en ellos. No gobernamos el corazón del otro, ni el nuestro
Entonces descubro y asumo la diferencia de opiniones entre la mente y el corazón, entre el pensamiento y el sentimiento, de manera tal que creo que los corazones son independientes como los gatos. Se callan y descubren que en el fondo de la oscuridad absoluta un nombre brilla, un gesto, una mirada, una voz y lo guardan como recuerdos de un universo amable, lo atesoran sin alarmar.
En cambio la obsesión, el fracaso, actúan en el pensamiento hasta convertirlo en un perro inquieto que ladra continuamente.
Hace unos días me dijeron que el corazón teje nadas y no creo que sea cierta esa apreciación. Me parece que teje tramas muy reales que tal vez no sirvan funcionalmente, pero ahí se encuentran sanas y salvas las reliquias vivas del otro a la espera de un milagro o del paso del tiempo. El corazón no es cómplice del dolor, nos prepara para el goce que es posible que no ocurra. Es en el intelecto donde ocurre el dolor, lo fustrante, la victimización, tal vez por miedo a ser heridos y para evitar que nos sigan lastimando, en cambio el corazón tiene coraje, no se arredra, no teme, recuerda y construye.

Digo estas cosas no por estar influido de espíritu navideño, sino con la seguridad de que un día el corazón se revela mediante un estímulo sin gobierno y quedamos sorprendidos por la confusión y lejos de las posibilidades de complacerlo.
En algún momento de la vida se nos diagnosticará algo terminal, no quisiera que sea en ese instante cuando se rebelen los nombres mantenidos en la oscuridad, quisiera saberlos ahora para hacer algo por ellos porque en una de esas el efecto alcoyana-alcoyana es factible y me dé cuenta que he perdido el tiempo.

Lo curioso de estos capítulos es que nadie conoce el rumbo que toma el corazón de la otra persona. Pudimos haber amado, pudimos haber odiado y en el momento de la separación convertirse todo en distancia, en lejanía, pero el corazón sabe disculpar o deshonrar. En su oscuridad nacen todos los procesos que soplaran para que deje de arder el dolor. Nadie es dueño de su corazón. Hace tránsitos en el silencio. Auspicia las aventuras que la mente disfruta en estrechar.


6 comentarios:

DudaDesnuda dijo...

Mi corazón sabe disculpar a todos menos a uno. No es agradable saber que lo mejor que me pudo haber pasado, ya fue y fue un error.
Por eso, el ateísmo sentimental es lo que me queda.

Besos y corazones

Anónimo dijo...

Muy bueno, Asterión.
A veces somos como perros, a veces como gatos, pero siempre esperamos que el árbol que cae nos reconozca y nos quiera.
Abrazo.

Anónimo dijo...

Muy bueno, Asterión.
A veces somos como perros, a veces como gatos, pero siempre esperamos que el árbol que cae nos reconozca y nos quiera.
Abrazo.

Anónimo dijo...

Veo que sigue empeñado en adjudicarle al corazón (Una simple y eficiente bomba centrífuga)funciones que le son extrañas.Si bien la calidad de su prosa y el encanto de su sofisma podrían hacer capotar a cualquier sirena.
Creer en el anacronismo del corazón sensible, es como creer en la Tierra chata.
Con el afecto de siempre.

Asterion dijo...

duda: que lo mejor haya sido un error parece un antagonismo pero el corazón arma antagonismos con la razón...

UVT:Tenés razón, a veces somos como perros, a veces nos comportameos como gatos, a veces entramos como caballos y otras huímos como ratas... como diría Coleridge uno contiene multitudes... de animales.

Cavern: No venga acá con peticiones de principios sin demostración y basándose en observaciones antimetafóricas. Si te saco el corazón, no sentís más. si te vuelo la cabeza, dejás de pensar eso demuestra las ideas aquí expresadas. Con afecto.

DudaDesnuda dijo...

Buen 2009, nene.

Besos y cambios