25 jul 2008

Ellasdos

Esas tetas me hablaban. No les importaba la mordaza del corpiño, ni el sweter, ni siquiera el tapado o la campera. Ellas me hablaban, y lo que es peor, canchereaban.
A veces, salíamos con Lorena a caminar o a tomar un café y ellas me provocaban. Me distraían No podían permanecer calladas.
Yo intentaba ponerme serio y mantener la conversación con Lore, decirle cosas como: "En esta vida hay que ser muy precavido" pero para ellas la vida era menos solemne y preferían divertirse. Hasta llegaban a decir rimas groseras aprovechando las últimas palabras de mis oraciones.
No eran demasiado grandes, ni demasiado chicas, ni muy redondas, ni en punta. Tampoco eran el término medio, pero eran muy simpáticas y ocurrentes.
Sólo hablaban conmigo. Lorena no las escuchaba, ni siquiera en la ducha cuando cantaban Singing in the rain a dúo. A veces, me despertaban susurrándome al oído y se dormían con mi voz en su piel.

Fingían estremecimientos y cuando por algún motivo yo contestaba con mal humor, ellas utilizaban el truco aprendido. Nos hicimos muy compinches, tanto, que a veces era un ménage à trois, pero un día dejaron de hablarme. Al tiempo se llevaron a Lorena.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Con virlil admiración debo confesarle que ha cautivado usted mi corazón, tocando por lejos mi tema favorito.
Las rimas groseras

Anónimo dijo...

Viril

Ygriega dijo...

por favor!!
cómo podés eskribir con esa mágica precisión? akabás de describir un rito tan delicioso de una forma tan acertada, tan intensa... y los toques bizarros (nuevamente, sí, uso ese adjetivo) como el de un canto a dúo in the rain.

hay todo un mundo masculino rendido a las formas y a los mensajes... y mundos de palabras rendidos a tus dedos.

Asterion dijo...

Esas rimas groseras son deseables al tacto, Matu

Las mágicas eran ellas, Ygriega